En estos días me ha tocado observar con mayor detalle que la discriminación en México tiene diferentes formas y modalidades. Unas se notan más que otras.
La discriminación es en sí uno de los actos más hirientes hacia un ser humano, pero es la que llamamos disimulada la que se siente en el alma de cualquier persona. Aquella que sólo es percibida por el que la hace y por el que la recibe.
La discriminación la he sentido en carne propia no hace mucho… Disimulada por supuesto. Me dejó atónita y un tanto desconsolada en los primeros días. Hoy la tomo con más calma y me ha servido para fortalecer mi autoestima.
Ojalá se entienda algún día que entre el crisol humano hay tantas diferencias y a la vez tantas semejanzas. Que la discriminación es vejante de la integridad humana.
