Esa piel que aún me seduce

Al paso de los años aún recuerdo cuando nos miramos una tarde cerca de aquella playa donde la vida nos había puesto por casualidad.

Al día siguiente desayunando te acercaste, resultaste amigo de mis acompañantes, no perdiste tiempo y rozaste mi hombro.

No pude más que estremecerme… pasó el tiempo y te volví a ver en mi ciudad, en compañía de tantos. Pero a pesar de ello nos distinguimos entre la multitud. Sólo platicamos un poco y pasadas unas semanas no podíamos estar el uno sin el otro…

Un día partiste y no volví a verte… Hasta años después en una reunión donde tus ojos me miraron haciendome vibrar en los recuerdos…

Me agradó verte vivo aunque triste, ahí expresaste las razones de aquella súbita marcha, no pude más que tocarte la mano y sentir una acentuada melancolía… Entendí sin más palabras.

Te llamaron y ya no volví a mirar tus ojos ni a tocar esa piel que aún me seduce…