Yo tuve a alguien a mi lado, que me tomaba de la mano, caminaba conmigo por lugares cercanos y siempre decía con voz tenue: «Siempre estaré»…
Aún era joven, provenía de familia longeva, gente que llegaba al siglo de vida y planeaba un futuro tan especial.
Lamentablemente nada fue como esperábamos y en los primeros minutos de ese día, simplemente su corazón dejó de latir.
Estos días no había podido ni siquiera decir su nombre, hoy al fin digo… Amor mío, Fausto, hasta siempre… Gracias por estar conmigo durante tu tiempo de vida… Ah aún duele… duele mucho
